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miércoles, 1 de mayo de 2013

PURA F., LA TEORÍA DEL HILO ROJO Y UNOS LOUBOUTIN

Pura tiene 35 años. Es extremeña pero también india, nórdica y del sur. Conquistadora, guerrera y valiente.
Guapa. Simpática. Agradable. Recuerdo su risa .Una de las carencias de mi cosmos de hoy.
Es elegante, como las mujeres de las películas de los años 50.
Es sensible, educada. Peligrosa mezcla.
Es ingenua. Sólo recuerdo que haya herido a alguien una vez.
Y fue a ella misma.

Los hombres le tienen miedo. Hasta ahora ninguno lo ha reconocido. Por lo general es más inteligente, mordaz, elocuente,... tiene más sentido del humor que ellos. Eso les acojona. Mucho.
De la mujer que hay siempre detrás de un gran hombre todo el mundo sabe algo. Del hombre que debe haber siempre detrás de un mujerón nadie habla. Porque no existe. Porque es muy golfo y está cantando en algún karaoke cuando se le necesita. (Entiéndase por karaoke bar de putas).


Mi amiga cree que sale perdiendo en cada relación. Los que pierden son ellos que no consiguen olvidarla ni sustituirla nunca. Ellos saben que Pura es mucha mujer. Y por la inseguridad inherente de todo macho alfa, temen que llegue otro mejor y ahí ya empiezan a cagarla porque a Pura sólo le gusta competir con ella misma.
Pura es exigente, perfeccionista, y a la vez espontánea, divertida. Un cañón de mecha gorda. Y hace unas fotos que te mueres.



Pura tiene un defecto en la vista. No recuerdo el nombre científico del mal. No es grave, pero impide que Pura se vea en los espejos. No es un vampiro. Le encanta la luz del sol y la única sangre que le gusta es la cubana.
También tiene una fuerza de voluntad enorme. Ha dejado de fumar. Puede hacer lo que quiera: nadar como Ariel, montar a caballo mejor que la niña de Amancio y  enamorar como Ava Gardner en sus tiempos. También siente debilidad por los Sinatras pero a estas alturas ya es inmune. Ya poco le sorprende.
Os desvelaré un secreto: Ella no se conforma. Ella siempre quiere más.
¿Qué? ¿Acojona?
Si lo de fuera da miedo, el interior es terrorífico:
Pura imagina como Lewis Carroll.
Y escribe tan bien que la palabra amateur es una puta broma.
Quiere como una madre, hermana y amiga  a la vez.
Ama a sus hombres como canta una folckórica, con el coño y el corazón.
Pura quiere ser libre: de ideas, de cuerpo, de alma. No sabe que ya lo es.
Es independiente. Poco influenciable. Tolerante. Femenina. Sabe escuchar y perdonar como una deidad.
No para de superarse. De llenarse de contenido.


La vida nos separó cuando yo le robaba los bocatas en el recreo (no me arrepiento, yo sólo ataba nuestro hilo rojo Puri para que no nos perdiéramos nunca la una de la otra) y, nos volvió a juntar para recordar las batallitas de mili que hicimos en distintas provincias.
Nos acompañamos mutuamente( provistas de alcohol, risas, mucha nicotina e ironía) en el camino hacia la adultez.
Pura vivía en Oz. Visitaba mi Wonderland a menudo. Lo de que se mezclen mundos maravillosos es un fiestón. Daños colaterales: resacas febriles, desconocidos entre las sábanas,enamorados suplicando audiencia días después de la locura, y envidiosas mirando como bailábamos con Tony Montana.
...Y Pura y yo disfrutando del viaje. Sin duda, uno de los mejores.
No verla un día de los de aquella vida suponía vaciar la reserva de mi tanque de alegría.

Un  gran terremoto  de magnitud 7.3 en la escala de Richter lo arrasó todo y despierto lejos de mi amiga. No consigo ver a nadie.
Wonderland asolado. Busco a Pura.
Ella intenta gritar pero no puede.
 No la escucho. ¿Dónde está?
Pura quiere volar y se frustra. Porque está sentada. De repente lo que parecen dos alas sobresalen de su espalda y en un magnífico despliegue de incertidumbre y belleza vuela. Vuela, y me encuentra y me salva.
Y me hace café.
Pura no para de llorar, se tranquiliza y seca sus preciosos ojos: -Un momento-; se da cuenta de que está frente a un espejo. Vuelven los síntomas.. Episodios delirantes y distorsión de su realidad cada vez que busca su reflejo en el sitio equivocado...Pero ella es una mujer. Y de vez en cuando necesita comprobar si su flequillo está en el sitio del flequillo.



-¡¡¡Puri!!! ¿otra vez flipando con el espejo?- dijo Alicia rompiendo el ensimismamiento de su amiga aquel lunes de primeros de  Mayo. -Pilla la maleta que el avión sale a las ocho y nos esperan los chulazos del sábado para tomar las cañas. ¡¡¡Me he vuelto a enamorar!!!!!.
Putos hilos rojos,-continuó  Alicia apartando lo que parecía una maraña de hebras rojas de su chaqueta de cuero. -Tenemos la casa llena. No sé de dónde salen. He pasado la aspiradora dos veces hoy.
-¿Decías?. Perdona, la ensoñación del terremoto otra vez, tengo que ir al médico porque esta vez narrabas tú...Me pongo los zapatos, estoy en un segundo- dijo Puri.
Se subió a sus Louboutin e hizo las revisiones pertinentes de agua, luz, gas y cerró la puerta de casa con llave.
Alicia esperaba impaciente en el rellano admirando con envidia insana cómo le sientan los tacones a las piernas de su amiga.


Cada vez que veas tu reflejo equivocado abre esta página y mírate a través de mi espejo. No es el cristal lo que tiene tara. A veces el ojo nos viene con defecto de fábrica
En este caso, yo soy la más objetiva. Y punto.

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