He estado buscando explicaciones. Goyo me he dicho esta tarde que él, no tiene. He intentado hacerle escuchar mi razonamiento sin conclusión.
Consensuamos ayer mi mente, mi corazón y yo que ya no importas.
Parece que cada vez que decido que se acabe esta historia, que no tengo más paciencia, entramos en una especie de comunicación telepática y te manifiestas.
Ya no sales en mis cuentos sapito con gafas, hace mucho tiempo en un reino lejano, yo "ti te contigo"... y ahora me alimentas de indiferencia, a cuenta gotas. Me vuelvo a perder algo.
El escritor de novela erótica rondando mis jardines, y el indigesto pasa y saluda, para volver a irse desequilibrándolo todo.
Entre plato y plato de nuevo.
(http://mireinoportublog.blogspot.com.es/2013/05/llamar-perjudica-seriamente-la-salud.html)
¡Vaya si debe tener hambre!. ¡Y las llaves de mi casa!.
Hambre de oler, de pelo largo, de besos, de despertar en Extremadura,... Antonio dice que de mí.
Recuerda que Antonio es el más listo, en estos momentos no es muy objetivo. Se le ha ido la pinza con la muñequita de nuevo.
Y¿a quién no? Con este verano...
En la última partida perdida pedí perdón por el malentendido, y dije adiós.
Para siempre.
Esta unidireccionalidad se enteró perfectamente de todo.
La otra parte quiere dudar hoy.
Revuelve mis entrañas, mis sentidos, mi pasado, mi corazón- flamígero todavía, y creo que no es consciente. Y si lo es, es que es muy cabrón este Mister Big.
Goyo ha puesto un poco de orden en mi cabeza, al menos he ido ordenando todo al exponerle los hechos en voz alta.
Jugamos sin saber si el otro quiere jugar o ya tiró la toalla, el parchís,o la baraja de cartas al carajo.
No entiendo el tanteo. No hay mucho rollo semántico en un "adiós" como para hacerse tanto lío.
Supongo amiga que tampoco posees la respuesta.
No tiene sentido.
Tampoco lo tiene la aparición estelar, el artista invitado de esta semana, que viene con guitarra y no un pan debajo del brazo.
Puede que todo sea mentira. Que no exista, que el bromazepam me esté gastando bromas y haciendo de las suyas, dentro de mí, de mi músculo atrofiado que sólo bombea sangre, y no sea más que otra caída de bruces dentro de la madriguera para escapar del mundo, el que se supone que no está al revés, y soñar con lo que a mi consciente le venga en gana.
Lo último fue un NO.
Otra vez. Perdí la cuenta.
El verano en tus venas no deja que tus gafas se concentren, y buscas pasar tus días de chiringuito con tu debilidad favorita.
Sólo necesitas terapia. Escucha. Ya te dije que llamaras a otra que no esté implicada. Que se muera por escuchar, que te preste sus ojos mientras no paras de hablar de ti, y eso le suponga tocar el mismo cielo. Alimento doble para tu ego.
Olvido a veces que domina la palabra.
Quizá le molesta que abandone su nido de ninfas disponibles que conserva en un arcón y que descongela a base de púa de guitarra y voz aguardentosa.(Única explicación razonable)
Ya no quiero tus canciones. Ya me cantan otros. Ya tengo vía directa con el ornitólogo que canta mejor que tú, que compone sin saberlo nuestra vida en su último disco, y tiene libertad absoluta para cantar este amor porque lo ha estructurado incluso mejor que nosotros.
Espero que esta incógnita con pendiente en la nariz no sea un sueño y se nos cruce como un conejo en la carretera de Badajoz, como cuando volvíamos de ver a los tíos los domingos por la noche.
Querido yoísta, ten precaución con las comunicaciones porque después de darle muchas vueltas al coco vuelvo a decidir y esta vez puede que quiera ir a por todas porque el miedo me da igual.
Eva, no puedo más que correr al teléfono, marcar su número y decir a su contestador:
-Te quiero. ¡Cuidado! Es contagioso.
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