-¡Huele a porro! Putos delincuentes, iros a fumar a vuestra puta casa! -dice la Rosi, la tendera del barrio.
Rosi tiene las muñecas y los tobillos gordos. Es rubia. Tiene la suficiente cuperosis en la cara que da una buena lozanía. Pasa la cincuentena. Tiene un hijo en Salamanca, en la Universidad, ella lo pronuncia con mayúscula. Y una hija casada con un piojo que "trabaja" en la tienda. Cortando choped. El piojo es más vivaracho por la noche, jugando al póker y yéndose de putas. Rosi cada vez que lo mira le dice con los ojos chiquininos: te voy a cortar los huevos; él baja la mirada de condenado a la resignación porque le ha hecho tres nietos a la Rosi.
Fran entra a comprar el pan diciendo algo a regañadientes. Ha advertido mil veces a los colegas que no fumen en la puerta de la tienda. Que La Rosi se chiva a su madre.
Fran, Chino le llaman, tiene 23 años. Es moreno. Ojos negros, pequeños, parlantes, enfermos, perdidos.
Su padre le pegaba de pequeño y ahora de medio adulto el hijo no le guarda el menor respeto. El mismo que el progenitor le tuvo a él hace algo más de un lustro.
Dejó el instituto a los 16 para vivir la vida, trabajar, saber lo que era eso.
Ahora sólo se droga. Se mete a dios por la tocha y lo único que hace a diario es delinquir y anestesiar su pensamiento.
Ahora sólo se droga. Se mete a dios por la tocha y lo único que hace a diario es delinquir y anestesiar su pensamiento.
Malcriado por su madre hasta decir basta, Fran no espera nada de la vida.
Ríe todo el día. Hasta eso le cansa.
Se aburre en seguida...
Ríe todo el día. Hasta eso le cansa.
Se aburre en seguida...
De pequeño era hiperactivo, lo que antes se llamaba travieso: no se sabe si por las palizas que le daba su padre (desde que tiene uso de razón le parecen desorbitadas) o por otra alguna cuestión genética- pensaban -cuando la psicología era una recién nacida.
Fue señalado con el adjetivo maldito casi antes de empezar a andar.
Fue señalado con el adjetivo maldito casi antes de empezar a andar.
Se metía en líos desde los 5: no se sabe si por la falta de atención y cariño, porque era lo habitual en el barrio, porque no entendía las hostias o porque era travieso. Se pensaba que por lo último. "Que el que nace torcido, ya se sabe", decía alguno.
Lo detuvieron un par de veces con la mayoría de edad estrenada. Esa fue una de las primeras experiencias laborales. Nada grave.
No trabaja. Vive de sus padres. Ellos encantados con no sufrir el Síndrome del Nido Vacío, por egoísmo o ignorancia, para ellos no hubo médicos.
Chino no ha leído un libro en su puta vida y como su padre, ha sido educado por el que muchos todavía consideran el mejor de los electrodomésticos del siglo XX: la televisión. Así, anestesia más el cerebro, sin hacer esfuerzo desde que vienen con mando.
Chino no ha leído un libro en su puta vida y como su padre, ha sido educado por el que muchos todavía consideran el mejor de los electrodomésticos del siglo XX: la televisión. Así, anestesia más el cerebro, sin hacer esfuerzo desde que vienen con mando.
Fran ha tenido un par de novias en su vida. En estos días casi no le interesa el sexo. Ya ni se le levanta. Se siente viejo en un cuerpo tan joven. A su corta edad, padece los achaques de un tío de 40 bien curtido: daños en el sistema digestivo, respiratorio, nervioso, el Sistema Solar es el único que cree tener intacto. Le va el humor negro.
Le falla la memoria. No recuerda nada de lo que hace. De lo que dice. En alguna conversación repite lo mismo dos, tres veces. El fallo neuronal es evidente.
Ahora no hay nadie aplaudiendo al bufón. Actúa de manera gratuita para la corte. A cambio de nada. Sólo necesita atención. La que no le dieron de pequeño. La que busca y no entiende por qué no tiene.
Ha muerto esta mañana. El funeral estaba más lleno de lo que él jamás hubiera pensado: -el día que me muera, ni mi madre va a ir a verme- decía el proyecto travieso de adulto.
Había gente incluso fuera del cementerio, casi hasta el bloque de pisos Eva.
Los padres destrozados saben que deben sobrevivir a la muerte de su hijo, se aferran al ataúd y casi parece que lo acunan. Llantos y gritos de dolor de las mujeres de la familia, cierran una de las tardes más tristes que recordaré aunque me empeñe en no hacerlo. Era un buen típo. Como casi toda la buena gente enganchada a algo para suplir huecos: sólo malo para él, y todo el mal causado siempre estaba dirigido por alguna substancia tóxica que le conducía muy mal la conducta.
Días después la madre de Fran recibe una carta.
Una de las profesoras de su hijo pequeño: la señorita Montse. La preferida del niño, la única educadora con vocación del centro por aquel entonces.
Montse adjuntó a los padres los resultados del test. Fran tenía un cociente de 152.
No sé si te he dicho que era muy travieso.
DETECCIÓN ALTA CAPACIDAD INFANTIL
TDA-H INFO/ ASOCIACIONES
Ahora no hay nadie aplaudiendo al bufón. Actúa de manera gratuita para la corte. A cambio de nada. Sólo necesita atención. La que no le dieron de pequeño. La que busca y no entiende por qué no tiene.
Ha muerto esta mañana. El funeral estaba más lleno de lo que él jamás hubiera pensado: -el día que me muera, ni mi madre va a ir a verme- decía el proyecto travieso de adulto.
Había gente incluso fuera del cementerio, casi hasta el bloque de pisos Eva.
Los padres destrozados saben que deben sobrevivir a la muerte de su hijo, se aferran al ataúd y casi parece que lo acunan. Llantos y gritos de dolor de las mujeres de la familia, cierran una de las tardes más tristes que recordaré aunque me empeñe en no hacerlo. Era un buen típo. Como casi toda la buena gente enganchada a algo para suplir huecos: sólo malo para él, y todo el mal causado siempre estaba dirigido por alguna substancia tóxica que le conducía muy mal la conducta.
Días después la madre de Fran recibe una carta.
Una de las profesoras de su hijo pequeño: la señorita Montse. La preferida del niño, la única educadora con vocación del centro por aquel entonces.
Antonio, Fernanda: siento profundamente la pérdida. No hay día que no recuerde a vuestro hijo jugando en el patio del colegio liderando el grupo de pequeños y sonriendo siempre con el remolino en el pelo y esa cara de pillo con la que se iba a comer el mundo.
Jamás hicimos nada con los resultados de los test de inteligencia de aquel año, pero he estado revisando papeleo antiguo y creo que os gustará tener esto.
Se decidió no reunir a los padres para comentar las pruebas por la influencia que sobre los niños podría tener una cifra. La maldita manía de generalizar con la educación y no servírsela al individuo adecuadamente.
Queridos míos, vuestro hijo no sólo era el más listo.
También el más inteligente. Siempre supe que era especial. Él mismo era consciente ya a esa edad de por qué se aburría tanto. Algo intuía.
A vuestra entera disposición quedo. Un abrazo enorme para ambos.
Montse.
Montse adjuntó a los padres los resultados del test. Fran tenía un cociente de 152.
No sé si te he dicho que era muy travieso.
DETECCIÓN ALTA CAPACIDAD INFANTIL
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