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viernes, 25 de septiembre de 2015

RESPUESTA

Yo que esperaba que tras otro medio siglo
acabara la contienda.
Que sólo mis escudos y armaduras
se fundirían con otra ocupación americana.
Pero por el pasillo de mi oscuridad
la naturalidad y lo agradable 
se hicieron camino.
Entregué las armas.

Y volvió la fiesta de mariposas
en el estómago,
la risa tonta sin motivos,
la espera de un mensaje,
la revuelta de celos absurdos
y el funambulismo del sin sentido.

Y otras canciones me bailaron la piel.
Y otras letras me atravesaron en dos.
Y el aferrarme a la cuerda de la razón
de nada sirvió ,
para entender esta locura
de la que huyo despavorida
sin comprender muy bien 
que estoy corriendo en círculos.


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