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martes, 21 de mayo de 2013

LEY DEL INVERSO

Esta tarde ha sido tarde de café y parque. He vuelto a casa con la melatonina cargada al cien por cien.
Te estarás preguntando qué fue de aquel jueves con Román.
Te dije que alteraría mis recuerdos a conveniencia para contarte el encuentro más maravilloso de la historia:  Fue extraordinario amiga, a pesar de la objetividad.

Arturo volvió a llamar y a escribir. Ya le pillé el truco y no lo sabe: no publico tips de huelebragas aquí para evitar que otros plagien. Ni está tan solo ni es tan bueno, ni es tan sano de alma como quería hacer ver. ¿Por qué? Además para vender una imagen falsa hay que ser inteligente o muy buen psicópata. Los engaños de los idiotas se ven venir a kilómetros de distancia.

Con respecto a la comprensión de determinadas cosas del blog, tanto tú como Puri y algún amado fisgón me habéis dicho lo mismo: Todo lo hago a posta. ¡Que nadie se alarme! Soy muy elusiva a veces, tanto como transparente otras.

Ya es hora de ir al grano y exponerte mis recuerdos adulterados:
A la hora dicha fui a la tabernita andaluza donde nos citamos. Sabía que lo de andaluza llevaba broma implícita: me llamaba andaluza por mi acento años ha, cosa que siempre me ha fastidiado bastante, por la falta de musicalidad en el oído del prójimo no por otra cosa. Cuando trabajábamos juntos Román me tiraba mucho de las coletas Eva. Ese juego con la reminiscencia me encantó.

Obviamente antes de esto, nos enviamos un par de mensajes más, intercambiamos teléfonos y acordamos vernos. En este vaivén de asuntos, me dejó constancia de que volvía a ser un single, como se dice ahora, y poco más dijo de su anterior pareja...
El proceso de duelo resuelto y la sonrisa gobernando la cara es lo primero que se veía detras de las gafas de sol de Román.(" Y contamos si tú quieres las estrellas. Todas ellas".- el estribillo del Lichis me venía a la cabeza). Estaba guapísimo. La soltería recién estrenada suele sentar bien. Para él esa tarde, la cosieron a mano.
El aperitivo prometía.
Canjeamos informacion sobre la mutua trayectoria laboral estos años (la mía algo más larga) y, de duelos, ranas, príncipes, princesas de barrio, nadie dijo nada. Aluciné.
La satisfacción me recogió el pelo cuando empezó a hacerse de noche. No cambiamos si quiera de local.

Le comenté a mi ex compañero de trabajo lo de nuestro proyecto. Del proyecto que tengo para él no mencioné nada,je je. Le parece genial lo que estamos haciendo.
Hablamos de sus expectativas que... él no sabe muy bien.
Es buena gente, y tiene aspiraciones. En concreto no sabe cuáles. Parece ser que no le gusta lo que hace, pero un par de viajes al año de pulserita para bebérselo todo hacen que duerma algo más de cinco horas el resto de los días de su vida.
En el entorno de terapia socrático al que estamos acostumbradas le diría: 15 días por un lado, 350 por otro. Escrito. Con números. Simplemente eso le diría. Es tan inteligente que sólo con eso: tratamiento y curación.
Esta vez no hubo cena con ambiente de "todo a un euro". Esta vez sí habría aceptado la invitación.

Ley Universal del Inverso: quieres algo y el Universo te da lo contrario, o te lo da cuando quiere y no cuando tú te empeñas. O simplemente te da y ya está, que es peor.

Disfruté pues del camino a casa acompañada de Román. Entre risas, golpecitos y globos de agua en forma de pulla (a servidora el enamoramiento le devuelve a los quince años), en el portal de mi casa se despidió como un caballero: dos besos, un abracito y prometiendo llamar al día siguiente.¡NO! Y yo esta vez deseando que mis rótulas fueran revisadas. Queriendo más promesas, me pareció poco lo de llamar.
Siempre lo opuesto a lo que uno quiere.
Esa misma noche ya en la cama, medio dormida, recibí una llamada de Arturo preguntando por nuestro cine, le dije que ahora sólo leo, que no veo películas. Que Tarantino me va a poner peor de lo mío.
Porque yo cine, con Román. Y la llamada que yo esperaba, de Román. Teoría del Inverso, "del" sí.

Del Inverso, de Murphy (ese señor tan simpático de la tostada juguetona), Hipótesis de Lo Contrario, llámalo como quieras Eva.

Independientemente de la fuerza con la que desees las cosas, siempre ocurre lo contrario (hablo por supuesto de las circunstancias externas que uno no puede cambiar): ¿quieres seguir trabajando y te encanta tu empresa...? Te echan como a un perro. ¿Quieres a fulanito? Pues a tí te quiere menganito y encima fulanito se enamora de tu mejor amiga. ¿Quieres perder dos gramitos para la operación bikini? La vida te regala cinco mil estupendos gramos y una retención de líquidos extra, nivel camella. Perfecto.

Cuando un humano comprende esta probabilidad, la vida es menos angustiosa, respira uno mejor, se ríe más de todo. Y cuando comprendes, ríes, intentas cambiar lo que Murphy no toca que eso sí se puede hacer, sucede lo imposible.
Y lo imposible nos sucederá esta semana a ti y a mi. Esta vez te lo aseguro.
Buenas noches Eva.



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