le visten de falsa ética ecológica.
Ciclistas rezagados, abuelos orgullosos.
Inseguras de tacón vertiginoso besan a sus hombres
frente a la hippie con mallas que con naturalidad muestra
tatuajes y ombligo.
Musculocos que ignoran que el exceso de proteína y arroz
a mí me disgusta.
Olor a puro taurino, a España antigua.
Oasis de metal apilados a la sombra del mediodía.
Enganchada siempre a la revoltosa espera
decido hoy que la paciencia no me sabe mal.
Chanclas, sombreros de paja- amor payés- olor a pan falso recién hecho.
Parques vacíos. Nadie le hace caso al sol
y aprovecho para guiñarle un ojo.
Padres alternativos, estanques de parejas
establemente estancadas.
¿Te he dicho que no ha vuelto jamás el verano?
Militares que no saben de artillería neuronal.
Manos entrelazadas por costumbre.
Pelo despeinado, revuelto de confusión (no hay peine que pueda desenredar eso).
Miradas escrutadoras que escanean su y mi tipología corporal
dan lugar a los agravios comparativos.
Posibles amantes que no llaman ya mi atención.
Componer y recomponer en las esquinas.
Preferir tus ensaladas de letras a cualquier ginebra con enebro.
Inalcanzable felicidad a base de amores clandestinos.
El peso insoportable de tu recuerdo en cada fecha vacía de ti en el calendario.
¿Sabes que el agua salada del mar ya no cura?
-Tenemos que ir al cine. Te voy a buscar en moto.
-Me debes una paella.
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