a quien nunca escribí una canción
Eres tú quien me devolvió la risa, me quito las prisas
y de la mano me salvó del rincón de mis ruinas.
Quien arropaba mis temores infundados
y les daba las buenas noches con un beso en la frente.
Quien sólo con mirarme mi vida descorchaba
y a carcajadas mataba el éxtasis de mi aburrimiento.
Por quien descubrí que canturrearle a la vida
era el juego que más me gustaba.
Aprendí que el vaso del amor estaba medio lleno
y que todos los finales, serían felices, porque
jamás llegarían los títulos de crédito a rozarnos.
Que eras tú quien llenaba mis baños
con la espuma de la confianza,
quien abrazaba mi cuerpo por la espalda
como un soldado se aferra a su estandarte.
Pero el amor tiene mil caras, diez mil formas
y más de siete mil millones de puntos de vista,
y a mí me dio por preguntar a otro su opinión,
a escuchar atentamente su respuesta.
El huracán de verdades que no fueron dichas,
nos ubicó a cada uno en continentes distintos,
nos alejó, nos castigó, nos cambió de sitio.
Y en la baraja de caras donde a diario buceo
siempre busco la tuya sin tener éxito.
Mi búsqueda incesante sólo puede,
pintar en papel corazones y tirarlos al mar dentro de una botella.
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